lunes, 12 de julio de 2010

A propósito de mis 40...





El otro día me conmovió que mi sobrina María Mercedes me preguntara por qué no he escrito nuevamente en mi blog... Entro todos los días y nada", me dijo... Y lo único que pude contestarle es: "no he tenido tiempo". Y es verdad... Últimamente, lo urgente ha ocupado el lugar de muchas cosas importantes de mi vida, entre ellas este blog, que es una forma de sacar de mi cabeza y de mi corazón ese remolino interior que me hace ser quien soy...

Hace tres meses fue la última vez que escribí "físicamente" mi blog... Y digo físicamente, porque en mi cabeza hay algo así como cuatro capítulos que no salieron por falta de tiempo. Uno de ellos es el dedicado a mi querida maestra y amiga, Isaura Brandt (http://www.biblio.com/books/459518175.html), la mujer que vino de algún lugar del vasto Universo y me puso en la cara la evidencia palpable de que Dios existe y que su amor es maravilloso. La que trajo a mi vida a mi Maestro, Paramahansa Yogananda (http://www.yogananda-srf.org/), y, entre los dos se encargaron de cambiarme la vida para siempre... Prometo escribir, muy pronto, un homenaje para ella...


Pero, por lo pronto, y ante la inminencia de la fecha, quiero sacar lo que tengo dentro ahora que cumplo 40 años... ¡Dios mío!
Hace unos días salí a cenar con un queridísimo amigo al que, hace 20 años, le entregué mi corazón... Aunque no nos vemos mucho, hay una conexión que hace que, al reunirnos, parezca que no ha pasado demasiado tiempo desde la última vez. Y claro, la cena se basó en los recuerdos en común y todo lo que ha pasado en estos 20 años... No paré de reírme en toda la noche al recordar lo tonta y cobarde que era "esa niña paranóica, llena de miedos, pero linda, divertida y generosa", según mi amigo...


Recordamos las veces en que me arriesgué demasiado por esa relación y aquellas en las que no me arriesgué lo suficiente... Cuánto me arrepiento de lo segundo, cuánto me habría gustado no haberle dado demasiada importancia a los convencionalismos y haberme decidido a vivir un poco más... Pero me dio gusto comprobar que, a pesar de todo, no existe ni un solo recuerdo malo de aquella época; me dio gusto ver que cada cosa que recordamos nos causaba más risa que otra cosa, que no fue un tiempo perdido y que duró exactamente lo que tenía que durar.


Vernos y conversar por más de cinco horas, fue como mirarme en el espejo y regresar al pasado: ver que no he cambiado tanto como para haber dejado de ser, del todo, aquella niña temerosa... Reconocerme y darme cuenta de que todo sucede con una razón y que el tiempo y la vida nos da más de lo que suponemos y solo nos quita lo que dejamos que se lleve.


No crean que no me impresiona cumplir 40 años... en especial porque no siento, en absoluto que los tenga.. Lo que sí me impresiona es lo rápido que ha pasado el tiempo... Aún me acuerdo cuando entré al kinder, y estaba enamorada... Cuando cumplí 12 años, y estaba enamorada... De cuando cumplí 20 (eso me acuerdo clarísimo) y estaba enamorada... Porque ese ha sido mi estado natural y ni los años lo han podido cambiar... Ahora cumplo 40 con el corazón enamorado y ansioso... y eso me hace feliz...


Me alegra tener intacta la capacidad de llorar a mares o reírme como loca ante lo que me toca el corazón... Y ser capaz de soñar despierta igual que antes... incluso mejor, porque me he vuelto experta. Conservar la esperanza de cada día será mejor que el anterior y esperar con ansias el futuro para ver qué nuevas cosas me tiene reservadas...
La edad es un estado mental... ¿verdad? Yo estoy convencida de aquello!!!