martes, 19 de octubre de 2010

JOSÉ, MI COMPAÑERO




Hoy, mientras escribo esta nueva entrega de mi blog, me transporto 13 años atrás y me recuerdo a mí misma con una gran barriga y mucho miedo e ilusión al mismo tiempo. Estaba a punto de tener a mi hijo José Miguel y no me sentía, en absoluto, preparada para toda la responsabilidad que se me venía encima.
Me había casado dos años antes y, fiel a mi forma de ser de entonces, había planeado meticulosamente que tendría un bebé cuatro años después... Ahora sé que solo Dios y el karma deciden lo que será de nosotros... así que un día, llena de terror, dada mi condición de mujer independiente y controladora, recibí la noticia de que estaba embarazada...

Soy totalmente honesta la contar esto, sobre todo con José Miguel, porque él más que nadie en el mundo sabe cuánto amor ha llegado a caber en mi corazón hacia él... Salí del consultorio del médico y con mi gran amiga Sylvia Lennan, no sabíamos si saltar de la emoción o desmayarnos del susto...

Pero todo cambió cuando me hicieron la primera ecografía... lo vi de siete semanas y su corazón había empezado a latir... Creí que me iba a morir de amor!!!! esa cosita del tamaño de un fréjol me iba a cambiar la vida radical y literalmente. Y no dudo al decir que hizo de mi vida más completa, aunque no soy partidaria de aquello de que la maternidad le hace feliz a uno como por arte de magia... Estoy convencida que ser mamá no es para todo el mundo. Pero a mí me tocó y doy gracias por eso.


Primer Halloween de José Miguel (octubre de 1998) 

Ayer, Jorge y yo tuvimos una cita familiar con el tutor de José en el colegio. Y claro, hubo cosas que hay que ajustar, pero definitivamente hay muchas que celebrar. Mi hijo no es perfecto, pero tiene demasiadas cosas de las cuales me enorgullezco: es honesto, bueno de corazón, capaz de ponerse en los zapatos de los demás. Incapaz de hacer daño deliberadamente. Es gracioso, con gran sentido del humor y con un talento indiscutible...

Con Jorge le hemos dado muchas armas para que se defienda, pero no creo que debamos armarle demasiado. También tendrá que sufrir, a veces, como todos. Le hemos enseñado lo qué es bueno y lo que no... pero todavía le faltan cosas por descubrir y tendrá que hacerlo solo. Espero que sea capaz de detenerse a pensar dos veces antes de tomar las decisiones que tenga que tomar. Pero estoy segura de que algo sí le hemos marcado hasta la saciedad: que sea honesto y limpio de corazón, así tenga 99 años...

Del Jose debo destacar su capacidad para dolerse por los demás. El ha sido el más perfecto compañero en la pobreza y en la no pobreza (no digo riqueza, porque aún no me ha tocado). Él y yo hemos pasado tantas cosas buenas, no tan buenas, malas y pésimas... y nunca me ha faltado un abrazo o una caricia de su parte. Recuerdo que, por un tiempo, éramos solo los dos y vivíamos en una casa bastante fea, fría y pequeña... Nunca se quejó y siempre le vio el lado divertido a las circunstancias. Recuerdo, también, cómo años después,  me cuidó con tanto amor durante los 15 días que estuve en cama para evitar perder el bebé que esperaba y que finalmente se fue...


Jose y Pau en los tiempos de la casa fría, fea y pequeña (Quito, 2002)


Cuando "trabajábamos" juntos en Mac Donald`s, ¿te acuerdas Jose? Cuando hacíamos adornos navideños para vender, en la época en que me quedé sin trabajo; o cuando me acompañaba a trabajar en Vistazo, nos daba la madrugada y se dormía en un sillón, tapado con todas las chompas de mis compañeros... Pero siempre con una sonrisa...

Si de algo me siento orgullosa es del hecho de nunca habernos separado... Hemos estado juntos en las buenas y en las malas... Como debe ser, como deben estar las mamás y los hijos. Y sé que mañana, cuando sea un hombre, no reclamará por lo poco que pude darle, pero sí estará seguro de que siempre lo amé...

Te amo desde que te vi en esa pequeña pantalla, te amé cada día de estos 13 años y te amaré por siempre, mi amor...

















domingo, 17 de octubre de 2010

POR QUÉ SOY PERIODISTA



Hace unos días fui invitada a un evento emocionante para mí. Eran los 20 años del Premio Jorge Mantilla Ortega http://www.elcomercio.com.ec/cultura/Jorge-Mantilla-Ortega-periodismo-ecuatoriano_0_353364675.html, que años tras año entrega el diario El Comercio a los trabajos periodístico más destacados.
Este evento fue especial para mí porque tuve la oportunidad de reencontrarme con varios amigos y conocidos del mundo periodístico de Ecuador y por el lanzamiento de un libro conmemorativo de este aniversario que incluye entrevistas a los ganadores de estos veinte años.
Para el libro nos entrevistaron a los ganadores de todas las ediciones del premio, pero, por razones de espacio, fueron editadas. Aquí quiero compartir la entrevista completa. No es por ego, sino porque sé que muchos de mis allegados se interesan por ello; porque quiero compartir estos recuerdos con mi hijos y rendirle un homenaje a quienes contribuyeron con sus enseñanzas a que mi trabajo haya sido reconocido.
Paulina Trujillo inició su carrera periodística en 1993 como reportera de la sección Gente de la revista Vistazo en Guayaquil. De la mano de Patricia de Burbano ella desarrolló destrezas en el oficio de informar y, en 1994, se hizo acreedora al Primer Premio de Investigación en el Concurso Nacional de Periodismo Jorge Mantilla Ortega de diario El Comercio, con su primer reportaje: Se venden drogas… quién las compra?
Después de este logro siguió aprendiendo el oficio y, en 1997, fue finalista en la categoría Crónica del Concurso de Periodismo Símbolos de Libertad. En ese mismo año fue ascendida a Editora de la sección Gente y más tarde fue asignada a la sección Entretiempo y Sociedad (que abarca las áreas de Cultura, Tendencias, Crítica de cine, libros y televisión) como Editora de la misma.
En 2000 su carrera dio un giro drástico y dejó el periodismo para incursionar en la redacción creativa en Grupo Editorial Santillana. Se mudó a Quito con su pequeño hijo José Miguel Fabre y escribió una antología de lecturas para los libros de sexto, séptimo, octavo, noveno y décimo grados de Educación Básica.
En 2001 volvió a vincularse a Vistazo (como freelance) hasta 2005, al tiempo que colaboraba en medios como las revistas Cosas, diario Expreso, entre otras publicaciones.
En 2003 recibió la invitación para formar parte del staff del diario The Washington Post en calidad de periodista interna por un mes. Allí colaboró con periodistas como Milton Coleman, Douglas Farah, Marcela Sánchez, Gina Acosta, entre otros.
Su carrera siguió activa con colaboraciones externas con varios medios y la cátedra. Hasta que en abril de 2008 ingresó a Grupo El Comercio para formar parte del staff del semanario Líderes. Allí colaboró regularmente con esta publicación hasta noviembre de 2009. Durante su tiempo en Líderes fue parte del equipo que recibió el Primer Premio de Periodismo sobre Propiedad Intelectual otorgado por la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana  http://www.revistalideres.ec/2009-07-27/Home/Temas-de-Portada/Microempresa_001.aspxy del Segundo Premio Tierra de Luz de Reportajes Turísticos otorgado por la Universidad de Especialidades Turísticas de la UCT.



El "dream team" de Líderes. Ganadores del Segundo Premio Tierra de Luz de la UCT (Quito 2009)


Fernando Mendoza, Albertina Navas y yo, el equipo ganador del I Premio de Periodismo de Propiedad Intelectual  (Quito 2009)

Además ha participado en varias publicaciones. Son de su autoría: las memorias sobre la Maestría en Equidad de Género (CIMUF. 2005); El tomo de Geografía de la Enciclopedia del Estudiante (Editorial Santillana-Diario El Comercio 2006). El libro Rostros y Rutas de la Producción (CORPEI-Editorial Edino 2006) y la Agenda del Eje Social 2007 (Manthra Editores- I. Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, 2006)
Actualmente es la periodista responsable de la publicación Ekos Pymes Ecuador 2010 de la Corporación Ekos Ecuador, mamá de José Miguel y Muriel Marie Fabre, desarrolla un blog y escribe poesía.

Qué es para usted ser periodista?
Es estar del lado de la verdad. Es saber comunicar lo que el público necesita conocer. Es tener la capacidad de observar, analizar, discernir e informar. Es ser objetivo y tener pasión por la verdad. Es tener fe en que el conocimiento y la información pueden generar cambios.


¿Por qué decidió hacerse periodista?
Debo ser sincera y decir que no fue mi intención… Más bien fue el destino, en el que creo firmemente… Sin embargo, lo claro es que siempre he escrito (desde que aprendí a escribir) y jamás he dejado de hacerlo. Y una persona que escribe es, siempre, un comunicador, pues nadie escribe para sí mismo. Lo cierto es que (en 1993) yo era una estudiante de Literatura que, al mismo tiempo, trabajaba como cajera de banco, una labor que odiaba y en la que era bastante mala… La casualidad me llevó a trabajar en una agencia que quedaba en los bajos del edificio de la revista Vistazo, en Guayaquil. Todos los días les cambiaba los cheques a los periodistas de Vistazo de ese tiempo (Carlos Jijón, Patricia Estupiñán de Burbano, Cecilio Moreno…) y cuando se iban de mi ventanilla pensaba: ay! ¡cómo me gustaría hacer lo que ellos hacen!!!…
Era mala como cajera y me sentía frustrada, al borde de la desesperación. Entonces mi novio (que hoy es mi esposo y el papá de mis dos hijos) me dijo que por qué no intentaba trabajar en Vistazo. Yo le dije que era imposible, pues era una jovencita que no había terminado la universidad y que nunca había publicado nada… Pero él insistió e insistió, hasta que una tarde, casi a rastras me llevó a la oficina de Patricia de Burbano… Ella me miró y me reconoció como “la cajera de abajo”… Le conté mi historia y ella me dijo que hiciera un reportaje de prueba sobre los mendigos indígenas que había en las calles de Guayaquil. Acepté. Lo gracioso era que, justamente en esos días, Guayaquil era la sede de la Copa América de Fútbol y, aparentemente, habían “limpiado” las calles de mendigos. Con mi novio (que hacía de fotógrafo) recorrimos la ciudad buscando a los protagonistas del reportaje hasta que los encontramos y armé el artículo. Dejé el texto donde Patricia y regresé a mi ventanilla de banco.
En el transcurso de la mañana ella se acercó a mi caja y me dijo que cuando terminara mi trabajo subiera a su oficina. Fui y me dijo que, casualmente, iban a hacer un especial para el que necesitaban reporteros freelance. Y me asignó una serie de notas. De la emoción no recuerdo haber preguntado cuánto iban a pagar… Bajé al banco feliz y dispuesta a hacer el trabajo encomendado…
Una semana después, Patricia volvió a mi ventanilla con igual requerimiento: que subiera a su oficina cuando terminara mi trabajo. Yo pensé: ¿será que me va a botar? Subí. Ella me dijo que el reportero de la sección Gente (espectáculos, perfiles, etc.) se había ido y que había esa vacante y me preguntó que si me interesaba… Yo no lo podía creer… recuerdo que me iban a pagar bastante más que en el banco, pero de eso me di cuenta mucho después. Lo que me tenía en las nubes era que iba a ser reportera de Vistazo… wow!!! Todavía se me eriza la piel cuando lo recuerdo… Bajé corriendo al banco y le dije a mi jefe: renuncio!!! Me imagino que él debe haber estado harto de mí porque me contestó: venga Paulina, yo le escribo la renuncia…
Era el miércoles 28 de julio de 1993… el lunes 2 de agosto empecé mi carrera como periodista…


¿Qué ha significado para usted ser periodista a nivel personal y profesional?
Ya no hay una diferencia entre la Paulina persona y la Paulina periodista. Las dos cosas ya no se separaron nunca más, ni siquiera en las épocas en que no ejercí el oficio por varias circunstancias. Ser periodista, para mí, es algo a tiempo completo. Uno es periodista despierto, dormido, de vacaciones, en un medio o fuera de él. Para mí ha significado mucho aprendizaje, el hecho de conocer gente de todas partes del mundo, de las más diversas condiciones y con las historias más variadas. Ha significado una realización personal, no solo profesional. Ha sido haber encontrado mi norte, es haber encontrado la oportunidad de trascender…


¿Cómo es o ha sido, para usted, hacer periodismo en un país políticamente y socialmente conflictivo como el Ecuador?No he sido una periodista combativa, por lo que no he tenido demasiados enfrentamientos con el poder. Pero sí he sido arriesgada y apasionada y creo que mis mayores escollos los he encontrado en la dificultad para conseguir información de ciertas fuentes por pudor, intereses creados, etc. Pero he experimentado la satisfacción de haber aprendido los “trucos” del oficio y haberlos puesto en práctica satisfactoriamente. En la parte no tan feliz, otra cosa que he palpado de ser una periodista en Ecuador es que financieramente no es un buen negocio y que, la mayoría del tiempo, se trabaja por un inmenso amor al oficio.


¿Vale la pena jugárselo todo por este oficio? ¿Por qué?
Todo, excepto la dignidad. No me caracterizo ni estoy de acuerdo con la figura del periodista kamikaze… No me caracterizo por ser una reportera de guerra. Mis luchas han sido más bien contra las malas prácticas internas del periodismo, en eso no he claudicado ni claudicaré nunca. Cuando he tenido que decir la verdad a pesar de que eso signifique una amonestación de mis jefes, lo he hecho. Cuando he tenido que irme de un medio por no estar de acuerdo con las maneras corruptas de hacer periodismo, no he dudado ni por un segundo.


¿Está en crisis el periodismo ecuatoriano? Si su respuesta es sí o no, argumente por qué.
Hay una crisis los valores en general, no solo en lo relacionado con la práctica periodística. Sin embargo, ahora que han pasado 17 años y mucha agua bajo el puente de mi carrera periodística, puedo decir (aunque suene a sermón de abuela) que antes las cosas eran diferentes, que había más compromiso, más rigurosidad, más preparación, más ética… Tal vez piense eso porque tuve a los mejores maestros que se puede desear en este oficio en Ecuador. Ellos, y en especial, Patricia de Burbano, me cincelaron a su imagen y semejanza, y me enseñaron que la excelencia y la ética son los pilares fundamentales del periodismo.
Así como una vez fui la menor de la redacción, he llegado a ser la mayor, con más años y experiencia, y me asombra ver las falencias que traen a las redacciones la mayoría de los nuevos periodistas, todos ellos talentosos y expertos en las herramientas tecnológicas, pero muchas veces carentes de una mínima cultura general y valores éticos.


¿Qué significado tiene para usted participar en un concurso de periodismo en el Ecuador, un país donde el trabajo del periodista es tan poco reconocido?
Imposible negar que cuando uno se apunta en un concurso periodístico, el ego llega primero que uno a la inscripción… Pero también es satisfactorio cuando personas que saben muchísimo más que uno escogen nuestro trabajo y lo premian… Nos hace sentir que estamos en el camino correcto.


Cuéntenos, por favor, su experiencia concreta con el concurso Jorge Mantilla Ortega. ¿Cómo decidió participar, cómo fue la expectativa mientras su participación era valorada por el jurado? ¿Cómo recibió la noticia del premio?
Gané el premio Mantilla con mi primer reportaje. Aunque me habían contratado en Vistazo para hacer artículos más bien “lights”, Patricia de Burbano, me permitió hacer una investigación bastante riesgosa que pretendía demostrar cuán fácil era comprar drogas en Guayaquil. Durante tres meses, cuando me desocupaba de mis asignaciones normales, me dedicaba a reportear el tema de las drogas. Mi teoría se probó, pues pudimos comprar drogas en los lugares más insospechados como un PAI a 20 metros de la Gobernación del Guayas.
El artículo circuló sin nombre para protegerme… Y luego se decidió que participara en el concurso de periodismo Jorge Mantilla Ortega. Pero nunca nos imaginamos que ganaría…
Pasaron varios meses y un día contesté una llamada y me preguntaron algunas cosas sobre los reporteros de Vistazo. Yo pregunté que para qué y me contestaron que era sobre el premio Mantilla. Ingenuamente pregunté ¿y quién ganó? y la persona me dijo: usted. Solté el teléfono y me puse a gritar. Todos mis compañeros corrieron para ver qué me pasaba y saltábamos como locos… Recuerdo ese momento con un cariño inmenso: todos juntos saltábamos abrazados, era una fiesta… Luego me di cuenta que había dejado el teléfono descolgado y la persona en el otro lado se reía porque se dio cuenta del alboroto que se armó.


¿Le hizo mejor periodista ganar el concurso o qué cambió en su vida profesional tras el premio?
Para Vistazo, el hecho de que yo hubiera ganado el Mantilla era toda una proeza. Me sentía una “estrella”. Y la emoción hizo que mi foto y mi historia aparecieran en la página del editorial de la siguiente sección de Vistazo. El resultado: empecé a recibir llamadas amenazadoras de los vendedores de drogas a los que había “delatado”. Tuve un policía cuidándome por muchos días… Esa fue la parte fea del estrellato.
¿Que si me hizo mejor periodista? Lo que puedo decir al respecto, es que ganar un premio Mantilla representa un gran peso en este país. A partir de haber ganado este premio tuve que competir constantemente conmigo misma. No podía dormirme en los laureles, fue algo que me ayudó a conseguir muchas cosas, pero que también me obligó a superarme a mí misma… Este premio si le marca a un periodista, le obliga a ser mejor cada día, con la carga de estrés que esto conlleva…


¿Cumple usted su responsabilidad de enseñar a las nuevas generaciones periodísticas lo que sabe?
Siempre… tengo una marcada vocación de maestra. A mi cargo han estado pasantes y principiantes a los que trato de inculcar (guardando las distancias) lo que Patricia de Burbano me inculcó con su ejemplo. Trato de inspirarles de la forma en que ella lo hizo y de inculcarles el amor a la verdad… También les corrijo y les enseño las cosas que no se aprenden en las universidades… Pero sobre todo trato de contribuir a que sean lo más exactos y honestos posibles al comunicar.


¿Cuál es su contribución personal y profesional a la urgente necesidad de elevar la calidad del periodismo en el Ecuador?
Mi contribución es mi trabajo diario. Siempre digo que el periodismo es un oficio, como lo es la carpintería, la sastrería, etc. Con la nobleza que los mencionados oficios tienen y con la exactitud que requieren para hacer el producto excelente. Por eso cada día me esfuerzo por dar mejor mis “puntadas”, lograr “modelos” más atractivos. En el periodismo cada pequeño detalle cuenta y mi contribución a mejorar la calidad del periodismo en este país se basa en estar alerta a los pequeños detalles.


¿Cuál es su respuesta profesional y ética a las reiteradas críticas del Presidente Correa al trabajo periodístico?
Me caracterizo por tratar de verle la parte divertida a todo y cada sábado intento no amargarme la vida con las opiniones de una persona que conoce tan poco del oficio de comunicar e informar. Pero debo ser muy honesta y reconocer que muchas veces las malas prácticas del periodismo le dan al Presidente Correa mucho material para sus ataques. Estoy en desacuerdo con las críticas sin sustento y sin otro propósito que denigrar, del señor Presidente. Pero me duele en el alma cuando las provocamos con nuestra
s inexactitudes.

sábado, 18 de septiembre de 2010

LA ISA





Isa Brandt, mensajera del amor de Dios, una maestra incomparable!



Sin dudarlo ni un momento, puedo decir que mi vida se divide en dos partes: antes y después de Isaura Brandt.

Este ser de luz, de amor infinito, gracia, belleza y sabiduría entró a mi vida, un día de septiembre de 2005, como un ventarrón fresco y la cambió de una vez y para siempre.

Ella me trajo a mi amado Maestro, Paramahansa Yogananda (
http://www.yogananda-srf.org/)
, y al decir trajo, quiero decir que hizo de su presencia, una constante en mi vida que dura hasta ahora y para siempre.

Hay cosas sobre Isaura, mi Maestro y las cosas que sucedieron desde el día en que la conocí y los tres maravillosos meses que compartí con ella, que no puedo contar en detalle en este blog, porque son tan extraordinarias que pueden ser malinterpretadas; porque no todo el mundo podría entenderlas o porque, es posible, que no todos los que lean este blog (tal vez) merezcan conocerlas...

Sin embargo, la llegada de esta bella mujer, de ojos azules que hablaban y transmitían todo el amor del Cosmos y de Dios mismo, fue anunciada con un acontecimiento del que 
mi hijo José Miguely yo fuimos testigos y que traspasa el entendimiento y la lógica.


Antes de continuar debo decir que, desde niña, mi vida había transcurrido en medio del escepticismo... Nunca tuve la convicción de que la existencia de "algo" o "alguien" que guiara nuestros pasos, nos protegiera o nos cuidara. Pero siempre tuve el ansia de que ese "algo" o "alguien" existiera. No creía en nada y, por lo tanto, mi vida en ocasiones carecía de motivación... Una especie de vacío existencial era lo que, al fin de cuentas, me definía.

Pero cuando la Isa llegó, todo pareció aclararse. Ella gracias a los dones que se le habían otorgado puso frente a mis ojos la evidencia inobjetable de la existencia de un amor divino e inexplicable que todavía me produce euforia, pero al mismo tiempo tranquilidad y paz.

La recuerdo tanto, con su cuerpo menudo, su sonrisa inconfundible, sus palabras precisas y sabias... Era casi etérea, ella no caminaba... flotaba. Me gusta recordarla en la mesa de mi comedor, donde por horas conversamos y conversamos junto a Jorge, mi esposo, a mi querido Gastón y al Jose... A veces ella estaba lejos, su cuerpo en la silla, pero ella en el infinito... Nos abandonaba por minutos... Y de pronto regresaba veloz y con palabras que nos dejaba a todos quietos y fascinados...



Un típico almuerzo con la Isa... Aquí estamos cinco de los bendecidos con su presencia



De ella aprendí a tener una fe infinita en la Gracia Divina, a amar a mi Maestro y confiar en su constante protección... De ella aprendí a viajar a mi interior y buscar en mi "solitud" (como ella decía) las soluciones a los conflictos reales y a los imaginarios... De ella aprendí que la paz del corazón es posible, a dejar de lado a los miedos, a confiar en mí misma, a amar sin barreras...
De ella también aprendí a no dejar que nada ni nadie me quitara la alegría. Aprendí a confiar en mi intuición, a desarrollarla, a usarla...

De ella recibí la noticia de la llegada de uno de los más maravillosos regalos que he recibido jamás: mi pequeña Muriel... Y la responsabilidad que venía con su nacimiento...

Extraño tanto sus palabras, los mensajes que a través de ella recibimos durante meses y meses... Pero hoy, mientras leía las decenas de correos que llegamos a intercambiar, me di cuenta que, aunque ya no está tan cerca, sigo comunicándome con ella y recibiendo sus consejos... Claro que otra cosa es tenerla cerca, mirarle a los ojos, ver en ellos la grandeza del Universo y sentirme a salvo...



Isaura con su hija Patricia, dos mujeres fabulosas


La Isa nos dejó el 15 de septiembre de 2007... su cuerpo se cansó de luchar y su alma aceptó recibir de los Maestros la recompensa a tanta bondad.

Isaura Brandt
24 de mayo de 1942 -15 de septiembre de 2007


lunes, 12 de julio de 2010

A propósito de mis 40...





El otro día me conmovió que mi sobrina María Mercedes me preguntara por qué no he escrito nuevamente en mi blog... Entro todos los días y nada", me dijo... Y lo único que pude contestarle es: "no he tenido tiempo". Y es verdad... Últimamente, lo urgente ha ocupado el lugar de muchas cosas importantes de mi vida, entre ellas este blog, que es una forma de sacar de mi cabeza y de mi corazón ese remolino interior que me hace ser quien soy...

Hace tres meses fue la última vez que escribí "físicamente" mi blog... Y digo físicamente, porque en mi cabeza hay algo así como cuatro capítulos que no salieron por falta de tiempo. Uno de ellos es el dedicado a mi querida maestra y amiga, Isaura Brandt (http://www.biblio.com/books/459518175.html), la mujer que vino de algún lugar del vasto Universo y me puso en la cara la evidencia palpable de que Dios existe y que su amor es maravilloso. La que trajo a mi vida a mi Maestro, Paramahansa Yogananda (http://www.yogananda-srf.org/), y, entre los dos se encargaron de cambiarme la vida para siempre... Prometo escribir, muy pronto, un homenaje para ella...


Pero, por lo pronto, y ante la inminencia de la fecha, quiero sacar lo que tengo dentro ahora que cumplo 40 años... ¡Dios mío!
Hace unos días salí a cenar con un queridísimo amigo al que, hace 20 años, le entregué mi corazón... Aunque no nos vemos mucho, hay una conexión que hace que, al reunirnos, parezca que no ha pasado demasiado tiempo desde la última vez. Y claro, la cena se basó en los recuerdos en común y todo lo que ha pasado en estos 20 años... No paré de reírme en toda la noche al recordar lo tonta y cobarde que era "esa niña paranóica, llena de miedos, pero linda, divertida y generosa", según mi amigo...


Recordamos las veces en que me arriesgué demasiado por esa relación y aquellas en las que no me arriesgué lo suficiente... Cuánto me arrepiento de lo segundo, cuánto me habría gustado no haberle dado demasiada importancia a los convencionalismos y haberme decidido a vivir un poco más... Pero me dio gusto comprobar que, a pesar de todo, no existe ni un solo recuerdo malo de aquella época; me dio gusto ver que cada cosa que recordamos nos causaba más risa que otra cosa, que no fue un tiempo perdido y que duró exactamente lo que tenía que durar.


Vernos y conversar por más de cinco horas, fue como mirarme en el espejo y regresar al pasado: ver que no he cambiado tanto como para haber dejado de ser, del todo, aquella niña temerosa... Reconocerme y darme cuenta de que todo sucede con una razón y que el tiempo y la vida nos da más de lo que suponemos y solo nos quita lo que dejamos que se lleve.


No crean que no me impresiona cumplir 40 años... en especial porque no siento, en absoluto que los tenga.. Lo que sí me impresiona es lo rápido que ha pasado el tiempo... Aún me acuerdo cuando entré al kinder, y estaba enamorada... Cuando cumplí 12 años, y estaba enamorada... De cuando cumplí 20 (eso me acuerdo clarísimo) y estaba enamorada... Porque ese ha sido mi estado natural y ni los años lo han podido cambiar... Ahora cumplo 40 con el corazón enamorado y ansioso... y eso me hace feliz...


Me alegra tener intacta la capacidad de llorar a mares o reírme como loca ante lo que me toca el corazón... Y ser capaz de soñar despierta igual que antes... incluso mejor, porque me he vuelto experta. Conservar la esperanza de cada día será mejor que el anterior y esperar con ansias el futuro para ver qué nuevas cosas me tiene reservadas...
La edad es un estado mental... ¿verdad? Yo estoy convencida de aquello!!!

domingo, 28 de marzo de 2010

Recuerdos...



A veces creemos que las cosas son eternas... tanto las malas como las buenas: Que seremos siempre jóvenes, que las malas rachas nunca acabarán o que el amor es para siempre aunque no cuidemos de él... Pero, de pronto, la vida, el destino, el Universo nos da una bofetada y nos devuelve a la realidad: nada dura para siempre.
En esos ramalazos de lucidez, que a veces llegan a mi cabeza, suelo descubrirme a mí misma aspirando, con los ojos cerrados, el aroma del cabello de mi hija Muriel Marie, sintiendo lo suave de su piel, oyendo cómo respira mientras duerme. O me quedo observando cómo mi hijo Jose se hace hombre y se pone tan guapo; pensando que ahora empieza para él una etapa que siempre recordará: la adolescencia. Y lo hago con la conciencia de que ese preciso instante ya nunca volverá y tratando de que se me quede grabado en la mente para siempre. Porque eso, y solo eso, nos queda al final: los recuerdos.


Este fin de semana asistí a dos funerales, en el mismo día, en el mismo lugar, y con solo una hora de diferencia entre uno y otro. Las dos personas que habían muerto, aunque nunca se conocieron entre sí, tenían varias cosas en común: eran el papá y la mamá de dos personas a las que conocí por mi trabajo. Ambos habían perdido a su esposa y esposo, respectivamente, hace unos meses. Y ambos habían perdido el deseo de vivir desde que sus compañeros se fueron... Así mismo, ambos trataron de aferrarse a los recuerdos, pero no fue suficiente...


Durante la misa en honor de uno de ellos, el sacerdote pidió a los asistentes que contara alguna anécdota del difunto. Algunos lo hicieron y, por un momento, la gente dejó de llorar y rió. Durante esos minutos esa persona pareció vivir de nuevo... Algunos lloraron de nostalgia, pero estoy segura que con menos dolor del que sentían antes de empezar a recordarlo. Y mientras eso sucedía me puse a pensar, con tristeza, que los ciclos se cumplen inevitablemente sin que podamos hacer nada. Que esas dos personas a las que estábamos despidiendo, hace no mucho tiempo eran jóvenes, sus hijos eran chicos y tenían una vida y varios retos por delante. Pero, como nos sucederá a todos nosotros, sus ciclos concluyeron, su tiempo se terminó y de ellos solo quedan los recuerdos que dejaron.


Por la noche, una querida amiga me contaba que una amiga suya está muy grave en un hospital y que su pronóstico no era bueno. Me dijo: tengo miedo. Yo le entendí y espero haberle dado un poco de tranquilidad con lo que le dije. Pues me di cuenta que el dolor y el miedo que sentimos ante la muerte de alguien querido tiene que ver con el miedo al vacío que deja esa persona y a no encontrar consuelo. Le dije que tratara de recordar las cosas buenas que vivieron juntas porque ese sería el mejor homenaje a su memoria.


Pero como la vida es una moneda de dos caras, y la Gracia Divina es tan generosa y llena de amor, también tuve motivos para estar feliz. Un arranque de nostalgia, tan usual en mí, me hizo que me pusiera a navegar en Internet por los caminos de mi niñez. Sentí muchas ganas de ver cómo están ahora algunos lugares de los que tengo hermosos recuerdos. Así llegué a la página de mi escuela en Francia: L`École Maurice Ravel, en Talence, un suburbio de Bordeaux. Vi que había fotos de todos los años, me metí en la de 1978... Y voila!: me encontré a mí misma en el grupo de niños de tercer grado. No recuerdo, por más que lo intento, cuándo nos tomaron esa foto. Aunque sí puedo recordar a varios de los chicos. Me puse a llorar y a reírme como loca viéndome de ocho años de edad, con las trenzas que mi mamá siempre me hacía y con una gran sonrisa en mi rostro. Y aunque han pasado 31 años desde aquello, me dio gusto reconocerme y reconocer que sigo siendo exactamente la misma que entonces, solo que con más experiencia y más recuerdos... Encontrar esa foto fue un gran regalo para mí, sé de dónde y de quién vino y estoy inmensamente agradecida.


Los ciclos empiezan y terminan... dos personas terminaron esta vida y estoy segura de que pronto iniciarán otra que les llevará a la purificación y la perfección... Y en el mismo fin de semana, mi hija menor conoció el mar y se maravilló de su inmensidad y belleza y, a sus casi tres años, empezó a construir sus propios recuerdos...

Todo esto me llevó a pensar en la necesidad de hacer las cosas bien, con amor, con entrega, con alegría, con devoción... Para asegurarme de tener, dentro de 30 años, recuerdos hermosos y pueda reírme y llorar de alegría con ellos...

sábado, 6 de marzo de 2010

El karma existe



Los males de este tiempo (y creo que de todos) tienen una madre y un padre... Qué, además, se aparearon siendo hijos (sin duda) de la misma madre: la maldad... Se trata del egoísmo y la envidia... Cada vez me doy más y más cuenta que son ellos (y no el amor, desafortunadamente) los que hacen girar al mundo.
Todos somos egoístas, en mayor o menor grado... eso ni dudarlo. Pero ese afán de protagonismo, de ser el primero, el único, el más importante, no conoce barreras. No reconoce ni a los afectos, ni a las prioridades, ni a los valores... Impera, gana, triunfa una y otra y otra vez.
Para mí el egoísmo es exactamente igual al diablito ese que sale en los dibujos animados que (al igual que el angelito) les habla a las personas y les (mal) aconseja. Que les dice: Oye no seas tonto, ¿no ves que el otro te va a ganar?... dale, dale, no importa... La lucha en contra del egoísmo es una lucha con uno mismo... es un asunto de "darse gusto" o "defraudarse"... Por eso ya no existe el compromiso, ni con la pareja, ni con los amigos, ni con el trabajo... el asunto es ganar, sea cual sea el premio y el método para conseguirlo.
Renunciar al egoísmo implica ponerse en los zapatos de los demás... Implica tratar de que los actos de las personas afecten mínimamente al prójimo. Significa valorar lo recibido, por más pequeño que sea; significa no lastimar a los más débiles (sobre todo los niños) y no hablo de lastimarlos físicamente, sino con las malas actitudes, entre ellas la indiferencia. Implica decirle algo agradable a alguien aunque le consideremos débil mental por ser más sensible que nosotros y expresarlo. No se trata de ser héroes ni de andar haciendo obras de caridad a cada paso... Se trata de vivir y dejar vivir... tan simple como eso.
¿Por qué toda esta descarga? Porque en estos últimos días he recibido el azote del egoísmo una y otra vez. Cuando empezaba a levantarme, venía un nuevo golpe y volvía a caer. El egoísmo con su horrible presencia hizo que mis hijos fueran lastimados (gracias a Dios aun son muy pequeños y bondadosos para darse cuenta de los daños)... Hizo que sintiera que ya no existe la gratitud... Me hizo sentir sola en medio de mucha gente... Me asustó ver que las prioridades de la gente están tergiversadas. Que hay cosas que han reemplazado a lo verdaderamente valioso por aquello que es solo maquillaje. Pero al reflexionar me di cuenta que el egoísmo y el vacío fueron los causantes de toda la avalancha de mala vibra de esta semana...
Pero como yo siempre digo: el karma existe. Mi amado Maestro, Paramahansa Yogananda (
http://www.yogananda-srf.org/), y mi amada maestra y amiga, Isa Brandt (http://www.biblio.com/books/459518175.html), me enseñaron, me han demostrado y me siguen demostrando que nada, nada, nada en este mundo queda sin resolverse ni en esta ni en las siguientes vidas. Solo queda esperar... y ni siquiera eso, porque la espera implica una carga de deseos de venganza. Pero no voy a ser hipócrita... la certeza de la existencia del karma, me alivia un poco el dolor que siento por los golpes recibidos.
El karma, según los budistas y los hinduistas es la combinación de la causa y el efecto. Según estas creencias milenarias, el Universo ha determinado que toda acción (buena o mala) tiene su reacción (buena o mala)... Lo he visto tantas veces, sin esperar, en gente que conozco, en gente que no tiene nada que ver conmigo y en mí misma... es infalible.
Siempre le digo a mi marido, cuando veo la efectividad del karma: aunque las fuerzas del Universo son perfectas, yo sí le haría un pequeño "ajuste" al karma. Haría que el aludido, al ser alcanzado por el efecto devastador de sus acciones fuera "notificado"... Es decir que su memoria se encargara de enseñarle por qué le está sucediendo tal o cual cosa. Porque la gente tiende a pensar que las cosas les pasan por salados, por mala suerte, por desdichados, por pobrecitos. Cuando, en realidad, reciben las consecuencias de sus actos de egoísmo, envidia y maldad.
Conozco a una mujer millonaria, dueña de una gran empresa, a quien su esposo le "pone los cuernos" con cuanta escoba con faldas se le cruce por delante. Cuyo hijo es esquizofrénico y en sus ataques de violencia ha llegado a golpearle... Cuya nieta (pobre niña, realmente) tuvo cáncer de riñón a los siete años de edad... Y cuya única hija mujer no ha podido tener un hijo y ha "debido" comprar uno... Esta millonaria es uno de los seres más crueles y despiadados que he conocido en el mundo... Perversa con sus empleados a extremos que rayan en la locura. Tiene todo el dinero del mundo, pero una vida personal miserable. Ella seguramente se lamerá las heridas y pensará: qué salada soy... Sin darse cuenta que todo lo que le sucede no es más que el karma. Porque no hay que morirse, necesariamente, para que en la vida siguiente se ejecute el karma... Cada acción despiadada de esta mujer, tiene una consecuencia desgraciada.
Por eso es importante, sean cuales sean, las creencias, religiones o filosofías que rijan nuestras vidas, que cada uno de nuestros actos procure molestar mínimamente al que vive, trabaja o comparte el planeta con nosotros. Que cada palabra que salga de nuestra boca procure la felicidad y no la infelicidad del prójimo. Es un trabajo difícil y de nunca acabar, pero creo que el solo esfuerzo nos traerá consecuencias buenas y nos dará paz y felicidad.
Mi tarea ahora es meditar y descubrir qué hice para haber vivido los días que viví la semana pasada... No soy ni me creo santa...

lunes, 1 de marzo de 2010

NOSTALGIA I








Portada del álbum Viva Chile! de 1973


Mi vida está dominada por la nostalgia... el pasado vive con fuerza en mi mente. No sé si a los demás les sucede (y espero que no sea un problema médico) pero en mi cabeza hay varios mundos dando vueltas... Es algo inconsciente, yo no lo planeo, símplemente sucede. A veces estoy trabajando (escribiendo generalmente) y van y vienen "flashbacks" de cosas que sucedieron, a veces tan tontas e intrascendentes que por tontas e intrascendentes me llaman la atención... A veces camino por lugares donde estuve en mi niñez, en mi adolescencia... En ocasiones siento el viento del lugar en mi cara, la temperatura, veo y escucho a la gente que pasa... Es muy raro. Es la primera vez que lo cuento... Tal vez sea una especie de esquizofrenia, no sé. Pero así es.
De modo que mi vida transcurre entre el presente y el pasado cotidianamente, aunque ahora me esfuerzo por vivir cada día el momento sin anhelar ni proyectar. La semana pasado, por ejemplo, me dio por recordar la época de la Unidad Popular (así se llamaba el movimiento que le llevó a la presidencia de Chile a Salvador Allende en septiembre de 1970)...
Les cuento: cuando era un niña, mi papá trabajaba en la Fuerza Aérea y el Gobierno de Ecuador compró aviones de combate en Francia y quienes, en el futuro, trabajarían en ellos (como mi papá) tuvieron que ir a ese país a capacitarse. Mi mamá, mi hermana y yo fuimos con él a Francia por una larga temporada. Casualmente, uno de mis tíos (por parte de mi mamá) vivía en París, desde que la Cruz Roja Internacional le rescatara del Estadio Nacional de Santiago de Chile (que cuando Pinochet tomó el poder, en 1973, se convirtió en un campo de concentracióna donde iban a parar los comunistas o todos quienes, al menos, parecieran uno).
Mi mamá, mi hermana (entonces de 13 años) y yo (de ocho años) estuvimos en el departamento de mi tío en París, algo así como un mes, mientras mi papá (que estaba en Reims, a 129 kilómetros de París) se instalaba y arreglaba todo para nuestra llegada. En ese mes, días más, días menos, mi hermana y yo escuchamos intensivamente la música que durante la campaña y el período presidencial Allende se escuchaba y se cantaba en Chile. Allí escuché hasta la saciedad a Víctor Jara, a Inti Illimani, a Violeta Parra... Todavía ahora, cuando escucho Alturas, de Inti Illimani o Me gustan los estudiantes, de Violeta Parra y cierro los ojos, puedo sentir que estoy sentada en la pequeña sala de mullida alfombra negra del pequeño departamento parisino de mi tío. Además de estar rodeadas de esa música, de los libros del boom latinoamericano (en ese tiempo leí por primera vez Cien años de soledad) a menudo recibíamos la visita de gente de Chile, Uruguay, Argentina, con sus diferentes acentos e historias... Éramos parte del exilio sin estar exiliadas. Esa época me marcó la vida...
Allí aprendí a creer en mucho de lo que creo todavía. En esa época mi mamá era más roja que caperucita, al igual que mi tío... Eran socialistas convencidos de la posibilidad de un mundo más justo y equitativo. Así me crié, escuchando a la negra Sosa, a Víctor Jara y a Violeta Parra. Y con eso encaminé mi vida adulta en la que he tratado de practicar lo que he predicado... Por eso el "socialismo del siglo XXI", que se vive en el país me provoca entre risa y lástima... Socialismo es lo que aprendí en las canciones, los libros y las conversaciones que escuché en ese tiempo... Socialismo es lo que he practicado en mi vida diaria, en la que nada sobra, en la que no hay cabida para el desperdicio... En la que solo sobra la solidaridad... Así que la semana pasada me vino una ola de nostalgia por ese tiempo que viví a través de otros, pero que fue y sigue siendo parte de mi vida...
En homenaje a todo lo que parecía posible en esos días me dí una sobredosis nada fácil de Inti Illimani y Víctor Jara... Me pasé tarareando entre cambios de pañales, patinetas y proyectos aquello de: "A desalambrar, a desalambrar... que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel... de Pedro y María... de Juan y José...."

jueves, 25 de febrero de 2010

A MODO DE BIENVENIDA



Hace rato que querìa tener un blog... Y en estos tiempos de tecnología, comunicación global, Facebook y otras redes sociales, que yo no tenga un blog es, un tantito, descabellado. Los que me conocen saben que no paro de hablar... que las historias que he vivido y que me han contado pueden más que yo a la hora de ser contadas... Salen, salen y salen... Pero creo que, aparte de mis ganas de contar cosas está aquello de la trascendencia... Quiero que, algún día, mis hijos y mis nietos (ups! ya estoy pensando como abuela) sepan quién realmente era yo... y nada mejor que saberlo de primera fuente...
Hay tanto por decir, tantos sentimientos, tantas emociones... tanto, tanto... que si no lo digo me muero... Pero aclaro que todo lo aquí escrito es Solo mi opinión...