martes, 14 de agosto de 2012

Sobre decir mucho y hacer poco...

Esta columna salió el 21 de abril de 2012 en el diario El Universo, de Guayaquil. La pongo en este blog para no olvidarme que algún día la escribí...



Más fácil decirlo que hacerlo





Paramahansa Yogananda, mi amado Maestro
1883-1952 

No creo ser la única persona en esta ciudad, en este país, en este planeta, que en los últimos tiempos se haya preguntado, insistentemente, por qué pasa lo que pasa, con nosotros, con nuestros semejantes, en las calles, dentro de los hogares… con nuestros gobernantes. Por qué tanta infelicidad, tanto disgusto, por qué tantas acciones y reacciones extraviadas, por qué tanta violencia. Por qué tanta injusticia y tanto desequilibrio. ¿Será que atravesamos por una racha de mala suerte o un periodo oscuro? En ocasiones escucho a la gente decir que antes todo era distinto y que el pasado fue mejor. Y pienso: sí y no. A veces el pasado sí fue mejor porque éramos niños despreocupados y no nos dábamos cuenta de muchas cosas… Pero, sobre todo, creo que todo tiene que ver con el egoísmo, con el vacío y con las prioridades mal entendidas, mal escogidas y mal canalizadas, y eso ha existido siempre. Paramahansa Yogananda, el sabio yogui de la India que trajo las enseñanzas del yoga a América, ya hablaba de esto en los años veinte. Él solía decir que los humanos despertamos, vivimos, dormimos y volvemos a despertar pensando en cómo llenar nuestras vidas, pero que “incluso si la vida nos diera, de golpe, todo lo que hemos deseado: riqueza, amigos, poder; al cabo de poco tiempo, de seguro, nos hartaríamos y quisiéramos algo más”. 
Y creo que allí radica la infelicidad que palpamos a diario en las cosas que suceden en el mundo, que nos estremecen y espantan, como si fueran ajenas a nosotros: deseamos demasiado, pero hacemos casi nada para conseguir aquello que deseamos. O hacemos exactamente lo contrario… Y algo más: decimos mucho, pero hacemos poco. 


 Simone Weil, filósofa, mística y activista política
  1909-1943


A eso solía referirse, también, Simone Weil, la filósofa, mística y activista política francesa, cuando decía que “el hombre más realizado, el más verdaderamente humano es aquel que es, a la vez, trabajador manual y pensador”. Pero para eso debemos dejar de ser egoístas; porque las cosas se hacen haciéndolas, no soñándolas ni deseándolas cómodamente. Es posible que si dejáramos de lado nuestras convicciones de que cuanto más tenemos mejores somos; cuanto más compramos más felices nos sentimos; cuanto más nos satisfacemos (materialmente o a través de nuestros actos egoístas y de nuestra falta de compromiso) más consecuentes somos con nosotros mismos. Cuando lleguemos a la conclusión de que el mundo no gira a nuestro alrededor y solo somos un grano más de arena en esa playa inmensa del cosmos; posiblemente, solo posiblemente, las dosis de violencia, de infelicidad y de injusticia, en el mundo, bajaran… 

Isaura María Simu
1942 -2007

Isaura María Brandt (o Isaura María Simu), mi maestra y amiga, dijo alguna vez que cuando decidimos que nuestra vida no tiene sentido, es porque nosotros no le hemos podido encontrar su verdadero sentido. Por no tomarnos el tiempo para mirarnos nosotros mismos a la cara y ver que la trivialidad, la indolencia, la pasividad y el egoísmo se han instalado en nosotros cómodamente. Estoy consciente de que mucho de lo que está escrito en esta columna es más fácil decirlo que hacerlo… Sin embargo, aspiro a que el ponerlo en blanco y negro sea un paso hacia un cambio…

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